La espeleología canadiense parece que está en racha. En diciembre de 2017, dos expertos quebequeses descubrieron un sistema de galerías subterráneas —de más de 15.000 años de antigüedad— en Saint-Léonard, un distrito al este de Montreal. Un mes después, un grupo de exploradores de Calgary bajó por la caverna más profunda del país, en Fernie (Columbia Británica). Las entrañas de la llamada Bisaro Anima llegan hasta los 670 metros. Hace unos días, las noticias dieron cuenta de un nuevo hallazgo: gracias a un vuelo en helicóptero, científicos del Ministerio de Bosques, Recursos Naturales y Desarrollo Rural identificaron una cueva gigantesca en el parque natural de Wells Gray, ubicado también en esa provincia del oeste canadiense.
Los científicos controlaban desde el aire la población de renos en una zona específica de este parque de unos 5.000 km2 de extensión. De pronto, detectaron un enorme boquete en el suelo que no figuraba en las cartografías. El descubrimiento se llevó a cabo en abril, pero un equipo volvió en septiembre para adentrarse en la cueva, después de haber efectuado análisis de imágenes por satélite. La Sociedad Geográfica Canadiense informó del hallazgo el 30 de noviembre, a través de Canadian Geographic, su revista oficial.
La entrada de la descomunal caverna mide 100 metros de largo por 60 de ancho, el equivalente a un campo oficial de fútbol americano. “He estado en algunas de las cuevas más grandes del mundo y la entrada que vi es verdaderamente inmensa”, señaló a Canadian Geographic John Pollack, uno de los miembros de la expedición. Los expertos creen que la caverna tiene al menos 180 metros de profundidad, pero las dificultades del terreno y la presencia de una cascada impidieron obtener un registro preciso. Asimismo,se calcula que su longitud puede llegar a los dos kilómetros.
Catherine Hickson, una reconocida geóloga canadiense, formó parte del equipo que visitó la cueva en septiembre. “Todo era absolutamente increíble. De inmediato constaté la importancia del descubrimiento”, afirmó a The Canadian Press. Hickson también comentó a la agencia que la caverna se formó bajo glaciares, hace decenas de miles de años, pero que resulta muy complicado evaluar su edad de forma más certera sin más análisis. Se tiene contemplada una nueva expedición en 2020, para seguir recabando información sobre esta maravilla natural.
Mientras tanto, la ubicación de la caverna se mantiene en secreto para evitar visitas imprevistas. La cueva ha sido nombrada informalmente el Pozo del Sarlacc, en referencia a la criatura que se escondía entre la arena en El retorno del Jedi, el sexto episodio de la saga Star Wars. Sin embargo, las autoridades de la Columbia Británica realizan consultas entre las comunidades indígenas de la zona para indagar si conocían su existencia y, de ser así, saber de qué forma se han referido a ella tradicionalmente.