Su último plan falló, pero no se rinde.
A los pocos días del fracaso de su más reciente intento de sacar del poder a Nicolás Maduro, el líder de la oposición venezolana, en entrevista con la BBC, reconoce la importancia del apoyo de Estados Unidos y renueva sus llamamientos al ejército.
Juan Guaidó se muestra convencido de que el triunfo de su movimiento llegará tarde o temprano e insiste en que el apoyo a su causa es mayoritario en Venezuela.
Convoca a un levantamiento público, pero su Operación Libertad parece estar desinflándose. ¿Qué vendrá después de esto?
Lo que haremos es insistir. La mayoría se expresó inicialmente en 2015 y nos llevó a ganar el Parlamento. Nosotros reclamamos un referendo revocatorio y pedimos una elección realmente libre.
En el 2018 el régimen bloqueó esa posibilidad y se robó el proceso, por lo cual hoy lo desconocemos nosotros y se le desconoce en todo el mundo. Y este 2019 hemos estado con una estrategia muy clara, el cese de usurpación. Porque hoy Maduro ejerce como dictador en Miraflores. Queremos construir un gobierno de transición que vuelva a institucionalizar el país y tener elecciones libres.
En ese marco, hemos desarrollado la «Operación Libertad» para organizarnos, para ser una mayoría, como la somos, pero organizada, movilizada, exigiendo por nuestras reivindicaciones. Vamos a insistir por ese camino, extendiéndolo a los sectores de la sociedad que hacen falta para poder coronar este esfuerzo, que son las fuerzas armadas y los empleados públicos.
Mucha gente salió a la calle, pero no hubo muchas deserciones militares. ¿Fue esa una decepción? ¿Esperaba ver más comandantes de su lado?
Esperamos que sean todos, no solamente un grupo. Aquí no estamos buscando segmentar ni dividir a las Fuerzas Armadas, sino, por el contrario, unirlas en torno a nuestra Constitución, eso es lo primero.
No solo fueron los militares del martes, nobles, leales, honorables, en el marco de la Constitución, sino también, por ejemplo, los de Cúcuta, que son miles y hace dos meses se pronunciaron abiertamente; también los sargentos de Cotiza. Así que ya son miles los militares que abiertamente están del lado de la Constitución.
Eso sin contar todo lo que han sido las deserciones que han tenido las fuerzas armadas regularmente, las bajas que han solicitado los militares formalmente porque ya no aguantan la situación, no solamente dentro de las fuerzas armadas, sino en el país.
Al igual que 4 millones de venezolanos, por ejemplo, que han migrado. Eso no se escapa a la realidad de las fuerzas armadas.
¿Qué esperamos nosotros? No solamente Juan Guaidó como presidente encargado y del Parlamento de la oposición, sino toda Venezuela, que sean todos, que de una vez den el paso, se pongan del lado de la Constitución y podamos ir a una transición pacífica en Venezuela.
El gobierno de Trump ha declarado que considera la acción militar. Al final de la semana, habló sobre la ayuda humanitaria. ¿Le preocupa que la posición de Washington se esté suavizando?
No, de hecho hemos conversado no solamente con la administración Trump, también con los presidentes Bolsonaro (de Brasil), Duque (de Colombia), Varela (de Panamá), con el presidente Mario Abdo (Paraguay), con el Grupo de Lima, con nuestros amigos en la Unión Europea. La posición es muy firme con respecto al caso Venezuela porque es una causa no solamente común, sino absolutamente justa, es la libertad y la democracia.
Ha sido determinante por supuesto la posición del presidente Trump en este momento, sin medias tintas, simplemente denunciando lo que ha sido la emergencia humanitaria compleja más severa de la región con 7 millones de venezolanos, un 25% de la población, en riesgo de muerte, una cifra reconocida por Naciones Unidas.
Agradecemos la firmeza del presidente Trump y la de todo el mundo.
¿Qué espera del gobierno de Donald Trump? ¿Le gustaría que ordenara una intervención militar en Venezuela?
Es muy importante esa pregunta, porque hoy en Venezuela existe un presidente encargado y un Parlamento nacional que están buscando cambio. La única intervención que existe hoy en Venezuela es la de los cubanos, que hacen inteligencia y contrainteligencia a nuestras fuerzas armadas, y la de aviones militares rusos que aterrizan en suelo venezolano. También la penetración de la guerrilla colombiana del ELN, de grupos irregulares, terrorismo, paramilitares…
Se trata de un elemento de soberanía, sí. Ahora, nosotros podemos utilizar desde el Parlamento nacional la cooperación internacional en materia militar, en ayuda humanitaria y en las áreas que determinemos.
Un antecedente es Simón Bolívar, que en 1819 autorizó a 5.000 legionarios británicos a ayudar en el proceso de independencia venezolano. Estamos hablando de cooperación.
Hay países como Estados Unidos que amablemente están discutiendo esta opción para ayudar, como el presidente Lenín Moreno de Ecuador la discutió en la Organización de Estados Americanos. La doctrina Roldós habla de proteger a los pueblos cuando están muriendo de hambre, como en el caso de Venezuela, producto de un genocidio silencioso, propiciado por Maduro.
Yo creo que no solamente es responsable evaluarlo dada la crisis y tragedia que vive Venezuela, sino para mantener una alternativa si el régimen pretende seguir radicalizando un proceso que nos ha traído a este desastre, radicalizando aún más la persecución, los presos políticos, el ecocidio en el Amazonas, en el Arco minero, donde extraen oro de manera indiscriminada y envenenan nuestras aguas, y dejan en una muy mala posición al Amazonas.
Todo simplemente por tratar de mantener el para-Estado del régimen para financiar paramilitares. Entonces, responsablemente, yo, como presidente encargado del Parlamento nacional, evaluaré todas las opciones de ser necesarias.
¿Quiere ver una intervención militar de Estados Unidos? ¿Quiere ver soldados estadounidenses en Venezuela?
Yo no quiero ver más a un niño muerto por hambre, no quiero ver más a un niño asesinado vilmente por protestar por sus derechos, no quiero ver más a una madre que ve a su hijo irse caminando por la frontera, no quiero ver más venezolanos sufriendo en otras fronteras porque les robaron sus oportunidades aquí, no quiero ver más una ciudad sin luz, sin agua ni educación.
Lo que sí quiero ver es libertad, democracia, poner nuestro esfuerzo para lograrlo. Y si eso implica tener que pedir cooperación internacional, responsablemente lo vamos a evaluar.
Esta semana el gobierno de Trump nombró a tres altos cargos venezolanos que, según EE.UU., estaban preparados para cambiar de bando y apoyar a la oposición. ¿Se equivocó Washington al identificarlos públicamente?
En Venezuela vivimos en una dictadura que ha sido muy dura en la persecución y en la tortura, y en hacer daño a Venezuela.
En ese marco hemos tratado de entrar en conversación con muchos funcionarios, de todos los rangos, civiles y militares. La administración Trump ha sido un gran respaldo, así que no creo que haya sido un error el haber mencionado esas posibles conversaciones.
¿Esperaría haber sacado del poder ya a Maduro y estar hablando como presidente de Venezuela?
Hemos estado construyendo capacidad, un proceso que ha costado mucho sacrificio de tanta gente. Por supuesto, nunca quisiéramos haber llegado a este punto, pero es lo que nos ha tocado asumir responsablemente y vamos a insistir en el camino de lo que es justo, de poder ejercer nuestros derechos y capacidades.
La protesta cívica y pacífica siempre es un mecanismo de reivindicación, siempre es un mecanismo para expresarnos y lo vamos a seguir utilizando. Sabemos que nos enfrentamos a una dictadura, que ha sido muy dura, y nos gustaría ver no solo este fin de semana sino ya hoy, la transición en Venezuela.
Sabemos que faltan más militares, más miembros, y estamos insistiendo en que se incorporen a la Constitución.
¿Qué salió mal esta semana? ¿Por qué no estoy sentado aquí entrevistando al presidente de Venezuela sino al líder de la oposición?
Está entrevistando al presidente encargado de Venezuela según nuestra Constitución. Eso creo que es importante decirlo. Ahora, más allá de qué faltó, se trata de hablar de lo que vamos a conseguir.
Este sábado hubo un gran triunfo, y es que fuimos a los cuarteles a hablarles directamente a los militares. Y ya no son solamente conversaciones, sino que son ciudadanos directamente hablando con los militares, que no hubo represión sino que la mayoría recibió la información y a viva voz de lo que queríamos decirles. A lo mejor eso fue lo que faltó.
Vamos a insistir en ese camino, porque las fuerzas armadas son un factor fundamental dentro de la sociedad.
Ha intentado ya tres veces derrocar al presidente Maduro y ha fallado las tres veces. ¿Le preocupa que esto socave su liderazgo?
El único que realmente se hace daño es Maduro. Ha ido perdiendo una y otra vez, está cada vez más débil, cada vez más solo, no tiene respaldo internacional. Por el contrario, nosotros ganamos aceptación, respaldo y opciones de futuro.
Pero él tiene el apoyo de los militares…
Parcialmente… Evidentemente, parte de ellos, no todos.
Leopoldo López es una figura controvertida en Venezuela y algunos dicen que aparecer junto a él al inicio de un levantamiento servirá más para dividir a la oposición que para unirla. ¿Fue un error?
El objetivo es unir y unir cada vez más. No solamente fue Leopoldo, que afortunadamente pudo ser liberado por quien mantenía su custodia, sino también muchos diputados, líderes civiles que estuvieron ahí.
¿Cuánto tiempo más va a tardar en sacar del poder al presidente Maduro?
Creo que cada vez falta menos. Maduro hoy no gobierna, ni es capaz de poner la luz, ni de fomentar la inversión privada, ni de dar comida a nuestra gente, a los más vulnerables, mucho menos medicinas, cuando reconoce la emergencia humanitaria compleja que creó. ¿Qué más nos va a costar? ¿Qué más sacrificio?
Esperemos que no mucho más, porque ya hemos sacrificado mucho como sociedad, pero estamos firmes y dispuestos a avanzar hasta lograrlo. Esperamos que en el muy corto plazo logremos una transición pacífica a la democracia.
¿Fue esta la semana en que perdió su oportunidad?
No, por el contrario, seguimos visibilizando no solamente ya la crisis que era obvia para la ONU y para el mundo, sino también se visibilizó claramente que las fuerzas armadas ya no respaldan a Maduro.